Métodos para enzimas solubles
En los métodos de inmovilización para enzimas insolubles, la modificación de la enzima natural o la de su microambiente frecuentemente disminuye la actividad o la selectividad de la misma. Para mantener las enzimas en su estado natural, puede separarse una solución enzimática del sustrato y del producto por medio de una membrana permeable. Los poros de la membrana permiten la difusión del sustrato y del producto y retienen físicamente las grandes moléculas enzimáticas. Para esto pueden emplearse membranas para ultrafiltración o microfiltración de hoja plana o membranas de fibra hueca. Los cofactores, que normalmente son pequeñas moléculas que pueden difundirse a través de la membrana, pueden retenerse en la zona de reacción por medio de su acoplamiento con moléculas más grandes. Por ejemplo, el nicotinamida adenina dinucleótido (NAD) se retiene completamente por una fibra celular hueca cuando se enlaza a una cadena soluble de polietilenglicol. La membrana también protege la solución enzimática del ataque microbial. La selectividad de los procesos puede controlarse con un adecuado diseño de la porosidad e hidrofilicidad de la membrana.
Los principales problemas asociados con los reactores de membrana, son la contaminación de la misma causada por la adsorción o difusión de especies y por resistencias a la transferencia de masa.
Las limitaciones en la difusión a través de la membrana pueden evitarse con el uso de enzimas inmovilizadas con carácter soluble insoluble. Tales preparaciones son bastante útiles para la conversión de sustratos insolubles en agua, como la celulosa. La celulasa del Aspergillus niger se inmovilizó sobre poli(L-ácido glutámico), la cual es soluble en soluciones neutras o alcalinas pero puede precipitar por descenso en el pH sin pérdida de la actividad enzimática.